Alguna vez se llego a pensar que la inclusión de la raíz en el alveolo era como un hecho mecánico, es decir, desde el punto de vista físico, tal como lo hace un clavo en una tabla. Así nació el nombre de gonfosis (del griego gonfos, clavo), que se dio a esta articulación.
Despues se considero a esta inclusión de la raíz en el alveolo, semejante a la unión de los huesos planos, como los del cráneo, que a pesar de su rigidez, existe entre ambos cierto elemento tisular que sirve de enlace. Por tal motivo se le nombro articulación fija o sinartrosis.
Cuando nació esta idea, se pensó en el elemento que había de servir como medio de fijación entre las dos superficies articulares que la forman. Se acepto que el nuevo elemento intermedio, sostén o soporte de esta unión, debería tener cierta flexibilidad y por lo tanto debería tener tejido fibroso y se le dio el nombre de articulación sindesmótica odontoalveolar.
Hoy se estudia el conjunto de elementos tisulares que circundan al diente, tales como encía, hueso o pared alveolar, ligamento parodontal y cemento como una sola unidad.
ENCIA
Se conoce como encía a la fibromucosa o tejido gingival que cubre el proceso alveolar de los arcos dentarios. Es de color rosa pálido en su estado normal. A pesar de ser un tejido blando, es de una resistencia extraordinaria. Está cubierto por tejido epitelial de tipo pavimentoso estratificado. Por debajo de esta cubierta, se halla el corion, constituido por tejido conjuntivo-fibroso y vascular, el cual forma el cuerpo de la encía y la nutre ricamente. El corion es un tejido de células reticuloendoteliales, cubierto por epitelio estratificado, queratinizado o no. La encía es ricamente vascularizada; contiene elementos figurados de la sangre que se extravasan, que actúan enérgicamente para reconstruir cualquier lesión o repeler cualquier infección.
La permeabiiidad de estos tejidos, favorecida por la quimiotaxia positiva de la saliva, hace posible la diapedesis; los fagocitos se movilizan y actúan con una razonable diligencia, haciendo de la encía un elemento muy bien dotado biológicamente.
El borde gingival y las papilas de la encía en un individuo sano y normal son de color uniforme, rosado pálido, no brillante, de fuerte consistencia y con un poder efectivo de recuperación. Si la encía presenta algún fenómeno de alteración, si existen en ella aspectos no específicos de infección, como deformaciones, hipertrofias o atrofias, puede ser síntoma de afección en algún órgano, o de la salud general.
Cuando en el borde libre se advierten coloraciones de mayor intensidad, ya sea roja, violácea o azulada, así como alteraciones físicas que deformen las papilas gingivales y toda la fibromucosa, esto indica claramente estados anormales crónicos, como diabetes, pobreza fisiológica, avitaminosis, o trauma oclusal.
En ciertos casos de anormalidad se advierte la existencia de sarro o tártaro dental adherido al cuello del diente, lo que por sí solo representa un estado morboso. La encía puede enfermarse localmente y presentar síntomas de inflamación o hipertrofia, dolor y hasta destrucción de ella, por causa de infecciones específicas. La placa bacteriana es la causa determinante de afecciones parodontales, según las últimas investigaciones logradas. Existen además otras afecciones por envenenamiento o intoxicación, producidas por sales minerales de metales pesados; plomo, mercurio.
Puede afirmarse que la encía es el espejo de la salud general; de su aspecto físico depende la posibilidad de un diagnóstico en muchos padecimientos.
En individuos de edad madura, normalmente se retrae la encía dejando ver más largas las coronas de los dientes, corona funcional más grande que la anatómica (erupción pasiva).
En casos normales la forma exterior de la superficie de la encía señala todos los contornos del hueso que cubre las raíces de los dientes. La prolongación del borde gingival que llena los espacios interdentarios, se le Ilama papila dental o gingival.
La orilla o borde de la encia que contornea el cuello del diente, señala en este el tamaño de la corona funcional, se llama línea o contorno gingival.
El cuello clínico está donde principia la raíz funcional. Es precisamente en el fondo del surco gingival donde se realiza la unión o inserción epitelial, entre el tejido epitelial de la encía y la superficie del diente, ya sea en esmalte o en cemento.
La encía cubre el hueso o cresta alveolar, por la cara vestibular y por la parte lingual o interna, hasta el cuello de los dientes protegiendo la articulación alveolodental del trauma que pudiera causar el acto masticatorio.
La parte labial o vestibular presenta dos aspectos físicos diferentes: encía marginal y encía insertada.
La encía marginal es un listón angosto de I a 2 mm de anchura, que contornea con su borde libre la corona clínica. Se trata de tejido fibroso muy resistente de color rosa pálido, cubierto por tejido epitelial queratinizado hasta el borde libre.
A partir de éste, forma con la pared dentaria el surco gingivodental o surco gingival, de 0.5 a 2 mm de profundidad, normalmente, y en esta región el epitelio que la cubre no está queratinizado. En el fondo del surco se encuentra adherida al diente por medio de una inserción epitelial.
La encía insertada está inmediatamente a continuación de la marginal, tiene exteriormente un aspecto granuloso como el de cáscara de naranja, debido a la constitución fibrosa del corion que fija la mucosa en pequeñas zonas o puntos por medio de haces de fibras y deja flojas otras porciones de tejido epitelial lo que proporciona ese aspecto tan particular. Como su nombre lo indica, está fuertemente insertada en parte al cemento del diente y en parte a la tabla externa del hueso. De su firmeza, consistencia y aspecto depende su función normal, estando su límite en la ranura gingival. La mucosa alveolar es móvil y no está queratinizada como el resto de la mucosa de toda la boca, se extiende hasta el repliegue o fondo de saco del vestíbulo.
Existe una región donde la encía es un poco menos fibrosa, llamada región retromolar, cercana a la parte posterior o distal del tercer molar inferior. Toma importancia en la erupción del tercer molar, al ser afectada por el traumatismo consecuente. En individuos desdentados, esta parte de la mucosa bucal toma la forma de eminencia, semejante a una pera, por lo que se le nombra papila piriforme; es importante por ser el punto donde se apoyan ciertas técnicas para lograr mejor estabilidad en las prótesis totales o dentaduras artificiales.
En la fibromucosa palatina existen unos rodetes sobresalientes llamados arrugas del paladar, o simplemente rugosidades, y se ha supuesto que sirven para ayudar a la lengua a efectuar el volteo del bolo alimenticio en los movimientos masticatorios.
Como punto de referencia importante, pueden citarse en la parte posterior del paladar dos pequeñas hendeduras o fosas sobre la mucosa, llamadas foveolas. Señalan la línea de demarcación entre el paladar duro y el blando, referencias útiles en prótesis total.
Continua...
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